El objetivo principal del presente estudio, tal como se indica en la Introducción, ha consistido en describir el papel de la Oficina de Servicios Estratégicos en la Costa Brava durante la Segunda Guerra Mudnial desde el punto de vista del agentes secreto Melvin Lord. A partir de esta premisa, se pone en relación a modo de conclusiones dónde se encuentran emmarcadas las actuaciones de Melvin dentro de las principales actividades de la OSS en la Costa Brava. Así mismo, a partir de las fuentes primarias que se han consultado, podremos albergar quiénes pudieron llegar a ser los compañeros de Melvin dentro de su red de espionaje.

Parece ser que los intereses americanos en el Mediterráneo eran principalmente geopolíticos y económicos. El gobierno de los Estados Unidos no podía dejar que España cayera en manos de las potencias del eje, porque esto hubiese supuesto un cierre del mar y, consecuentemente, del acceso a Europa. Esto hubiese supuesto cambios, o incluso negaciones, en el momento de importar y exportar mercancías, pasando el relevo del dominio de los negocios al ejército alemán. Dada la crisis económica que estaba atravesando el país después del Crack del 29, y tal como propuso el secretario de guerra del gobierno de Roosevelt, Henry Stimson, para aumentar la riqueza de su país, los líderes políticos decidieron aprovechar el escenario europeo.
Dentro de esta lucha por los intereses propios, el papel de los servicios secretos en Europa consistió, principalmente, en recabar toda la información que pudiera permitir a los Aliados avanzarse a los movimientos de los ejércitos alemán e italiano, asegurar la neutralida de Franco en la guerra y crear redes de evasión para ayudar a escapar del nazismo a refugiados, principalmente judíos. En el caso concreto de España, la infiltración de agentes consistía en librar batallas psicológicas lejos del frente, en los despachos de las cúpulas franquistas. De este modo, haciendo un acercamiento personal al gobierno de la dictadura, la Oficina de Servicios Estratégicos se aseguraba de conseguir ciertas alianzas y, a la vez, ganar tanto tiempo de reacción como libertad en sus maniobras.

Las multinacionales del corcho fueron importantes porque, en ellas, se podían cumplir ambos objetivos referenciados anteriormente; tanto los del gobierno como los de los servicios secretos. En las fábricas, los operarios trabajaban para mantener a flote la economía americana, que ya se ha visto que dependía en gran parte de la fabricación de armamento, camuflajes y otros materiales bélicos. En sus despachos, los directores e ingenieros se ocultaban bajo trabajos de supuesta índole industrial mientras colaboraban con los servicios secretos del Reino Unido y los Estados Unidos.
Si bien es cierto que, con la OSS, Donovan creó una organización donde todos, independientemente de su clase social, podían colaborar, ya que el reclutamiento que se centraba en las cualidades personales y la trayectoria de cada uno de los agentes, se puede deducir que no todos podían ocupar las mismas posiciones. Ya se ha visto que los altos intelectuales de las mejores universidades estadounidenses estaban reservados para la rama de las Moral Operations, analizando los perfiles psicológicos de los enemigos y buscando estrategias propagandísticas para influir en las masas.

Un perfil como el de Melvin Lord, que se definía entre lo intelectual y lo físico, era perfecto para un oficial infiltrado. Se le encomendaron misiones presenciales, y llevar a cabo estrategias de todo tipo, confiando en su fuerza física y su vigor, como se puede comprobar con sus viajes con Miguel Ureña a través de los Pirineos para rescatar refugiados judíos. Pero también fueron imprescindibles sus capacidades analíticas, como se puede comprobar con su participación en la operación TORCH y en las filas de los Jedburgh, y su personalidad adaptable y mediadora, capaz de hacer “negocios” y llegar a acuerdos delicados con personas de ambos bandos, como hemos visto claramente con el ejemplo de su reunión con Francisco Franco.
Melvin Smith Lord, cumplía definitivamente, como vemos a partir de sus datos biográficos, con los requisitos básicos para formar parte de la OSS: capacidad de resiliencia por haberse enfrentado a diversas situaciones a lo largo de su vida; dotes de interpretación, que debían ser de interés también al momento de infiltrarse o tratar con distintos tipos de persona durante las misiones; fuerza física y técnicas de lucha; gran inteligencia y profesionalidad; juventud y vigorosidad; contactos en las altas esferas de países como Filipinas o norteamérica; un buen enlace matrimonial y excelentes relaciones que había desarrollado viviendo en la Costa Brava.
Según lo que se ha ido deduciendo y encontrando, Melvin Lord llegó a Palamós como ingeniero y, posteriormente, fue entrenado en Washington D.C. ya entrenado como agente de los servicios secretos. Lord llegó a la Costa Brava como ingeniero químico, con altas capacidades y el encargo de reflotar los negocios de Armstrong Cork Company en Palamós y Palafrugell, no como agente secreto. Fue reclutado dos años después de su llegada, cuando ya se había hecho un lugar allí, con un buen matrimonio y unas influyentes amistades.

En sus relaciones personales, se puede concluir que eran compañeros de operaciones de Melvin Pedro Pla, Josep Pla, David Sanderson y Josep Quintà. Cada uno en su campo de conocimiento y en una medida determinada, cumplían encargos, sino directamente ordenados por la OSS, seguro que en colaboración con ella. Por los documentos de Carmen hemos sabido que Melvin tenía el ritual de reunirse con Pedro Pla los domingos, y por la experiencia personal de Montague Lord sabemos que la amistad con los hermanos Pla duraría toda la vida. Josep, incluso vivió con ellos unos meses en los Estados Unidos. Se sabe también, por testigo de la familia de Carmen Pagès, que Melvin conoció a Pere Pla en Lisboa, posiblemente cuando ambos ya eran agentes de la OSS.
Por la breve mención de Pere Pla a su hermano sobre un supuesto salvoconducto de fronteras que le consigue Melvin (Pla, 2024), podemos entender más sencillamente cómo podía ser que Mel y Carmen se movieran dentro del territorio con tanta libertad; de Palamós a Barcelona, de Barcelona a Banyoles… Necesitaban salvoconductos, ya que, según parece, estas zonas estaban dentro de las impermeabilizadas fronterizas, y los pasaportes, no eran baratos (Sánchez, 2003, p. 66). Aunque tanto Carmen como Melvin Lord cumplían los requisitos para obtener pasaportes y viajar al extranjero – no tener ninguna mancha en sus expedientes y contar con una conducta brillante afín al régimen – es mucho más fácil de entender si sabemos que Melvin tenía contactos y, a la vez, participaba en los altos cargos de la OSS.

En las doctrinas apolíticas de la OSS podría llegar a encontrar rebate una crítica que se ha hecho periódicamente a la figura de Josep Pla, según la cual se le recrimina su falta de definición política. ¿Acaso no era éste el objetivo de los agentes de la Oficina de Servicios Estratégicos? Ser capaces de moverse entre aguas era lo que se exigía a los hombres de Donovan y sus aliados. En referencia al libro Guía de la Costa Brava, que Xavier Pla avanza sutilmente en su libro recientemente publicado que pudo servir de ayuda a los aliados para rescatar refugiados provenientes de Francia, parece que nos acercamos más a una confirmación. En 1930 se había empezado a cocer en la cabeza de Josep Pla la idea de escribir un libro sobre la Costa Brava, pero este no se acabaría publicando hasta después de la Guerra Civil, en 1941. En 1944, una vez habían comenzado las operaciones de la OSS, se volvió a publicar, reeditado, con unas páginas que incluirian mapas acutalizados y trayectos que, según confirma Montague Lord, hicieron servir los passeurs para la evasión de personas en peligro.
Para acabar planteando algunas especulaciones, sin mucho fundamento pero que podrían introducir posibles futuras hipótesis, escribiré sobre la familia de Carmen Pagès Vilar y sobre la figura de Montague Lord Sr. La familia de Carmen no solo estaba bien posicionada políticamente, sinó que tenía grandes amistades en las cúpulas religiosas, políticas y de los negocios. Por el momento se desconoce si los Pagès continuaron teniendo vínculos con el tranvía, pero podría haber sido también una clave disponer de las órdenes directas de los familiares de Augusto Pages de Ortiz para dar permiso a sus trabajadores para ejercer el contrabando. Palamós era un pueblo bien comunicado, donde Melvin se encontraba ya como en casa. Carmen era la esposa perfecta; sociable, entrañable y con un gran gusto estético para mantener las apariencias necesarias.

Por otro lado, continúa resultando sospechosa, hasta cierto punto, la figura de Montague Lord, padre de Melvin, ya que entendía mucho de política y recomendaba a su hijo que “le convenía pasar un tiempo en los estados unidos” justo antes de que Carmen y él s marcharan a Washington y él fuese entrenado para participar en las operaciones de la OSS. A la vez, tenía amistades importantes en las élites Filipinas, de la categoría del propio presidente, y ya se ha comprobado que el vicegobernador durante la Segunda Guerra Mundial, Joseph Hayden, era uno de los miembros más importantes de la OSS. Montague John Lord asegura que no es posible que su abuelo estuviera al corriente de las operaciones de Melvin en la OSS y, mucho menos, que tuviera algún tipo de influencia en ellas. Podría ser, no obstante, que Melvin entrase en contacto con algun militar o cargo de la OSS a partir de conocerle a él.
Todavía quedan muchas cuestiones irresueltas: ¿quiénes eran los nazis a los que la OSS espiaba en la Costa Brava? ¿dónde se encontraba su sede? ¿qué tipo de operaciones e intereses tenía el ejército alemán en la costa catalana? ¿quiénes fueron los miembros exactos que formaron parte de las redes de evasión? ¿cómo se organizaban?… Quedan planteadas, para tratar de responderlas más adelante.
Como es característico en todos los conflictos, durante la Segunda Guerra Mundial hubo muchos frentes abiertos, tanto en el campo de batalla como en la mente de los hombres y mujeres que sufrieron sus consecuencias. Cada una de estas personas, tanto en las filas de la OSS como fuera, libraba pequeñas batallas decisivas; aceptar ir al extraperlo para conseguir comida, acoger a un familiar perseguido en un desván, vivir con el miedo y la incertidumbre… la diferencia más importante entre los unos y los otros era, quizás, la cantidad de vidas que arrastraban detrás de sus decisiones. En éstas páginas se ha procurado iniciar la narración de la historia de un gran hombre, y ampliar un poco la voz de algo que se sabía en petit comité, tratando de arrojar algo de luz sobre algunos detalles. Para mí ha sido una semilla, que espero germine y traiga consigo todo lo que queda por descubrir.